Reporte de mi voluntariado en la fundacín
Minadores de Sueños en Rancho los Pinos
 Trabajé en la fundacín Minadores de Sueños del 14 de octubre del 2013 hasta el 14 de febrero del 2014. Desde el principio me gustó cada dÃa más el trabajo en la fundacín, me encantó estar con los niños, hacer las tareas con ellos, el refuerzo, almorzar juntos, jugar en el parque, cepillar los dientes, y muchas más actividades. Yo decidà hacer un voluntariado aquà por varias razones: Siempre fue mi sueño ir a América Latina; Decidà ir al Ecuador porque escuché de parte de varias personas que era un paÃs hermoso. Quise hacer un voluntariado con niños porque me encantan, porque me gusta mucho trabajar con ellos y porque, cuando regrese a suiza, quiero formarme como maestra de primaria. Estoy muy feliz de haber trabajado en Minadores de Sueños por que es una experiencia que me marca para toda la vida, de la que aprendo cosas importantes sobre los niños y las niñas pero también sobre la vida en general.
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Lo que más me gusta aquà en la fundacín es la variedad de actividades que realizamos con los niños; Algunos vienen a hacer refuerzo con nosotros por las mañanas, y van a la escuela en la tarde. Pero la mayorÃa viene entre las 13h y 13h30 para almorzar. Cada dÃa, uno de los voluntarios los acompaña en el almuerzo. Después suben al parque para jugar, donde también están siempre acompañados por un voluntario y un educador. Antes de pasar al refuerzo, todos los niños cepillan sus dientes con nuestra ayuda, y después de haber hecho los deberes y el refuerzo, otra vez pueden subir al parque para jugar y tomar un refrigerio mas tarde. A las 17h30 van a sus casas. Lo que me encantóó fue realizar todas esas actividades con los niños; Un dÃa me tocó cepillar los dientes con ellos, otro subà al parque, otro almorcé con ellos. Y siempre les ayudé en sus deberes y preparé refuerzos para ellos.
En estos cuatro meses aprendà como explicarle un tema a un niño para que lo entienda bien, sea de matemática, de lengua o de inglés; aprendà a ser paciente, a trabajar con varios niños a la vez, y, lo que es muy importante, encontrar una manera para que ellos lleguen a confiar en mi, hacerles entender que es esencial que nos tengamos confianza mutuamente. Para mÃ, muchas cosas aquà eran nuevas y me tuve que acostumbrar; La cultura de este paÃs, para dar un ejemplo, es muy diferente a la cultura de mi paÃs, de suiza – en todos los aspectos. En lo que concierne la educacín, es muy diferente la manera en la que los niños aprenden. El proceso de aprendizaje no es el mismo. Me tuve que adaptar a esto, para poder ayudarles bien a los niños y entender como funciona su aprendizaje educativo.
En el primer mes de mi estancia en Quito vivà en el centro de la ciudad. Después de este mes me mudé a Rancho los Pinos, al apartamento de los voluntarios, a cinco minutos de la fundacín – lo que fue mucho más práctico, ya que ya no tuve que hacer esos viajes en bus. Me gustó mucho vivir un tiempo en el centro de la ciudad, para conocerla bien, para tomar clases de Salsa y de Samba, pero después estuve feliz de mudarme más cerca de la fundacín. Primero por que mi camino al trabajo estuvo mucho más corto, pero también porque conocà a la vida del barrio Rancho los Pinos; El ambiente, la convivencia de la gente - y me gustó mucho esa experiencia.
Nunca me arrepentiré de haber hecho este voluntariado en Minadores de Sueños, muchos de esos momentos que vivà acá se quedarán en mi como recuerdos hermosos, y me acompañaran adonde vaya. Les agradezco mucho a Marco y a su esposa Alba por todo, gracias a ellos la pasé muy chévere aquà en la fundacín. También les agradezco mucho a los niños de haberme dejado trabajar con ellos, acercarme a ellos, llegar a conocerlos y compartir muchos momentos hermosos con ellos. Se quedarán en mi corazón por siempre.
Eli